lunes, 16 de abril de 2018

¿Denuncia Justa o injusta?



  En la mañana de ayer, se llevó al juzgado uno de los casos más discutidos del momento. Todo comenzó cuando una vecina salió a su balcón, como todos los días, pero se encontró con una sorpresa: una banda de mariachis estaba cantando a todo pulmón y su ex­­-novio lideraba la banda con aire de príncipe azul con la intención de conquistar a su doncella. Pareció un momento muy conmovedor, sin embargo, nuestra querida vecina del séptimo A no lo tomó de la misma manera.
  Al principio, se sintió conmovida; pero los mariachis tocaban cada vez más fuerte, hasta que llegaron a romper los vidrios de su ventana. Este hecho la enfureció mucho. La propietaria les rogó que pararan, pero el enamorado hizo oídos sordos hasta lograr que ella le lanzara una maceta. Aunque no hirió a nadie, el príncipe azul, asustado, se marchó.
  El acto de este pobre hombre fue noble, pero sus consecuencias severas. Ella, indignada por lo que acababa de pasar, se dirigió enseguida a la comisaria de su pueblo y presentó cargos por 200USD y el arreglo de su ventana. Claro que él no aceptó sus términos, ya que la ruptura de su ventana no requería tanto arreglo y no habían invadido su propiedad de ninguna forma. Esta declaración inició una guerra legal entre nuestro enamorado, su doncella y los mariachis, que, al escuchar que habían sido denunciados, presentaron cargos contra la mujer por tratar de agredirlos. Esta discusión, los llevó a realizar un juicio.
  El juicio se llevó a cabo ayer a las 9:00am. Este duró alrededor de dos horas, ya que, ni la mujer, ni los mariachis darían el brazo a torcer. Por otra parte, el príncipe azul defendía a su mujer con sangre, sudor y lágrimas y no le importaba cumplir un par de horas de servicio comunitario, con tal de que ella pudiera salir limpia de esta situación. La vecina declaró que ella se había sentido ofendida por lo que había pasado y pidió una orden de restricción para los mariachis y su ex-pareja. Al fin y al cabo, no mucho quedó resuelto; el tribunal no quiso declarar, ya que la situación le pareció absurda y a lo único que le dio lugar fue a las órdenes de restricción. A los mariachis esto le pareció una falta de respeto, porque no solo los habían hecho ir para nada, sino que también se habían ganado esa orden, lo cual para ellos, no tenía ni el más mínimo sentido. Por otra parte, el hombre esa misma tarde fue a pedir que los citaran de nuevo para retirar esa orden, con la excusa de que no puede vivir sin ella. Claro que la fiscal no le dio lugar a esto y pensó que a este hombre le vendría bien un poco de descanso.


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